lunes, 20 de octubre de 2008



“Funeral de tréboles

 

Ahora la trinidad de coronas siente un fin, paranoia contagiosa por aire, sin fundamento, juego macabro de las circunstancias. Lo creen plan maestro del nuevo, del ajeno, el extranjero que casi no habla, solo escribe en los caminos y los árboles.

Se han sentado ahora los tres grandes a la mesa redonda, a planear contra ataque, venganza por el ausente, más no saben la verdad, solo ven lo que quieren ver, escuchan lo que conviene escuchar.

Se han puesto las mejores galas de negro, pues hoy toca funeral forzoso, la viuda, las lágrimas, los abrazos, las mentiras, el rezo y plegarias por su alma condenada, sin saber que es ahora propiedad privada de las hermanas.

Claro está, que a pesar de la situación, van bien pulidas las joyitas, deslumbrando miradas, confirmando posiciones.

Lágrimas de cocodrilo, pañuelos falsamente ensuciados, más es miedo que tristeza, y buscan entre presentes a la autonombrada realeza de país lejano.

Redoblan esfuerzos, multiplican recompensa por cabeza, vigilancia veinticuatro horas, desconociendo que están las gemelas de su lado. 





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