Él: ¿Me quieres?
Ella: querer es relativo
Él: Gracias por tu honestidad
Ella: Sabes a lo que me refiero
Él: Si, si lo sé. Adiós
Ella: Espera, a dónde vas?
Él: A donde el querer no sea relativo
Ella: ¿Te lo tomaste en serio?
Él: La seriedad también es relativa.
La puerta se cerró estrepitosamente, el ruidoso estrello hizo eco contra las paredes de una casa ahora solitaria.
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