martes, 30 de diciembre de 2008



Literexia

 

Me ensanchan los ojos y llenan de adrenalina,

La hiperactividad de las manos y aquella incertidumbre placentera,

Solas se trazan frente a mí, sin previa planeación,

Ya sin ellas ni pensar vivir,  porque me sanan,

Me alimentan, me mantienen loco, me dan cordura,

Que ironía,

Que desplante de magnificencia y perfección,

Aunque a veces la combinación no sea la mejor.

 

Me las pueden inyectar, o si quieren las inhalo,

No importa cómo, pero que entren en mí y me tomen,

Ocurrencias a media noche, esa posesión benévola,

Ya las sueño e imagino,

Las alucinaciones que deforman mi realidad,

Que vivo por que están, moriré si se van,

Me declaro adicto,

Un literadependiente empedernido y aceptado.

 

Conviertan mi mundo en historias combinadas,

Drama y tragedia que protagonizo gozoso,

Que firmen los testigos al plano alterno,

Y observen la descomposición del hoy,

Hospicio donde serán diosas y matriarcas de mis ojos,

Con vida propia se abultan en la lengua, los ojos y las uñas,

Eyacula mi organismo sobre el papel que las acoge,

Viviré sin ustedes sólo bajo tierra.

 

Su fiel admirador que al amanecer les reza,

Rosarios interminables por su eterna presencia,

Amárrenme a sus pies, la correa esta tras la puerta,

A donde quiera que vayan, invítenme,

Guardaré silencio, mudo seré,

Con ustedes no hacen falta los sonidos,

Las tatuaré a mi piel,

Debajo del cuello y entre los dedos




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