La respuesta de las Efímeras:
Se han molestado las damiselas de blanca tez, tras oír las instrucciones de los soberanos del país, ridículas prohibiciones para su amigo el extranjero. Sus ojos se tiñen ahora de un tono rojizo, ¿Sangre? Quizá, tal vez la propia o pudiera ser la que ven en el futuro derramada.
Se han dejado crecer las uñas, armas mortales punzo cortantes, con ellas atravesarán la piel y clavarán los ojos, esos que sólo ven lo que les conviene, los que ven amenazas donde no las hay, falsos y mentirosos, mejor sacarlos y desecharlos.
Las señales de advertencia han tirado, los límites de reinos han borrado, no hay fronteras para ellas, mucho menos propiedades, territorio de todos y ninguno, cuna y tumba de grandes y pequeños, la madre que acoge, sobre su vientre flotando las efímeras, justicia en sus manos, a devorar sus almas, condena dictaminada por los de arriba, ellas solo ejecutando.
Que preparen murallas más altas los monarcas, y ni aún así podrán detenerlas, escalarán las paredes hasta alcanzar la corona, lo han visto y lo han dicho, ya viene el elegido en camino, pobre aquel que se atreva estorbar su paso, mejor arrepiéntanse y retráctense, denle la bienvenida o sufrirán las consecuencias.
Dicha está la respuesta de las damas a las órdenes de los altos jerarcas, amenaza o advertencia, tomarlo como mejor convenga, más la consecuencia será la misma, pagarán si no dan marcha atrás, cuidarse las espaldas o les esperará el mismo destino que su rey de tréboles, mientras duermen, despiadadas y desalmadas, no lo verán venir, no importará la custodia de guardias frente a su puerta, pasarán sin ser vistas.
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