[Revisando mis curiosidades, me topé con este corto pensamiento escrito hace un par de años]
GENOCIDIO
Al centro de una conversación ecuánime no suena tan disparatada la idea del suicidio, ahogarse en miel pura, dulce venganza del mismo yo. Esas palabras pierden sentido y lógica, escucho un bla bla bla, y la mente viaja traicionera hasta donde no debiera estar. Quizá entonces sea una señal, si mente y cuerpo no comulgan, ni coexisten en el hoy y el aquí, hay una posibilidad no tan remota, más bien muy probable, de que errada haya sido la decisión de mudanzas, pero me rehúso a doblegar el corazón al capricho efímero y momentáneo de uno u otro que a tajo y destajo cambian pareceres, rota confusión muda, perdón, más bien sería gritona, pues no permite escuchar lo que hay en rededor.
Cada cual pide pan para su mesa, que si uno lo quiere allá y el otro acá, y el tercero por ahí. Norte, sur, este y oeste, sin punto seguro de cuasi convivencia perfecta. Siempre habrá un descontento, ¿sacrificarlo todo por ello? Hace falta escoger gobernador, la voz y voto del cuerpo, que traiga paz al conflicto anatómico-espiritual. Y al oír a todos gritar, cada quien con sus peticiones, la histeria masiva y las huelgas sobre mi propio paseo de la reforma. Entonces, de nuevo, la idea del suicidio no suena tan mal, en miel y mazapán, o mejor todavía, un genocidio de las partes, que se callen y conformen, esto es lo que hay, lo que ofrezco y lo que quiero. Si tienen quejas, favor de echarlas al buzón de quejas y sugerencias.
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