miércoles, 7 de julio de 2010





Noche de estrellas


Reencuentro de extraños que se conocen cada recoveco, pero en la distancia han decidido guardarlo bajo la alfombra, y justo entonces lo sacan todo, no lo pueden negar, los ojos no mienten. Una parte pretende seguir caminando, la otra ha hecho lo mismo, y en una noche de luna llena curan sus heridas con champaña sobre húmedos textiles, con un fondo de puntitos luminosos que asemejan una civilizada población.

Nadie entiende, pero ya no les importa, quizá querer limar asperezas les es suficiente por hoy, a los pies de la maqueta, luces fluorescentes azules, verdes y más tarde rojas. Muros blancos que no contienen almas pero guardas miradas. Ahí dejar el último aliento que se mezcla con vodka y mango y un toque de sal. Caen las horas sin besos, sólo palabras que fluyen tranquilas.

Al sonar de las campanadas, las cosas no quedan muy claras, pero la paz interna es invaluable y sólo se lograba enfrentando miradas. No se quedan con hubieras, es mejor agotar las posibilidades y matar las dudas.



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