martes, 15 de junio de 2010



“Incompartida”


Gorda de piel arisca, poros en la cara, de queso las curvas,

Mito legendario, mía y solo mía, te celo como demente,

Te encierro entre las cejas, no te atrevas a salir,

Te poseo, únicamente mía, no te comparto con ninguna otra mirada,

Amante indecoroso, violento pensar en que alguien más te admire,

Serás mi musa eterna, como siempre has sido, en cajita de cristal,

Ahí donde guardo los latidos y los rezos,

Querida mía, muy mía,

Que se erosionen los caminos, pisadas perdidas de vagabundos,

Tras las nubes te esconderé,

Y plantaré falsas imitaciones a lo largo de las calles,

Distracciones de los mezquinos, sus soles y sus tús.


Vente conmigo, tómame la mano, nadie más te quiere como yo,

Mira que te he dedicado miles de letras y hasta marcos en las paredes,

Colgué corbatas en el perchero, amarre deseos a tus pies,

Los susurré, los grité,

Los pegué en el firmamento para que los recogieras a tu paso,

Te dediqué cientos de nombres, te he bautizado y rebautizado,

Orquídea inmortal, pedazo de infinito,

Pero el mejor ha sido “mía” y solo mía.

No importan las historias ni testigos milenarios,

Me ha tocado esta vida para dedicarte mis respiros,

Llénate de ellos, crece esa barriga hermosa que muestras una vez al mes.




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