"Aquí y Ahora"

 

Lo inesperado en momentos menos oportunos,

Son trazos en las manos,

Coincidencias del destino, así bautizados por el hombre.

Oportunidades que no pueden dejarse pasar,

El deseo tantas veces pedido tocando el hombro.

 

Nace aquí y ahora, comienzos apuntando a lo alto,

Donde espera mi lugar a ser ocupado.

La materialización de los sueños

A cambio de una residencia en otro lugar,

Propiedad ajena, no traspasar.

 

Disposición del tres, favor de no ignorar,

Ya no hay lectura entre líneas,

Lo evidente imposible negarlo.

La no negación tomada de la mano,

De rechazarlo: pecado imperdonable.

 

Que fluya el río y jalen los hilos,

En el aquí y en el ahora, la casilla exacta,

Serpientes y escaleras, me toca escalar,

Tiempo de egoísmo, tocar lo más alto.

 

Las dos caras nunca presentar,

Acá y allá, desconocimiento, bendita ignorancia,

Soy la pieza faltante del triángulo equilátero,

Vértice parte aguas,

Estrella en la piel, metas en el horizonte cercano.

 

Es aquí y ahora, la decisión irrevocable,

Penitencia redimida, premio al sacrificio,

La profecía está por cumplirse, muy pronto.

Son mis manos las que ya no esconden los secretos,

Mientras que las estrellas sólo guardan los deseos.

Cayó sobre mí la  maldición de Karná,

Muerte al cielo que cubrió mi nacimiento,

El bautizo forzado entre aguas rojas de sangre,

Mito que cometió pecado antes de nacer,

Quien niegue seré yo a mí y a ti,

Las tierras que ya no se abren a mis pasos,

Murmuran las piedras a mis espaldas,

Viene por ahí el ingrato a regar su peste,

Cúbranse todos bajos las arenas del desierto perdido,

El que nunca encontró la salida a la soledad.

Pobre ser, de extraña mirada que aborrece el infierno,

Piel de casi balada arrítmica, descomposición de los versos,

Caigan letras, divorcio entre las palabras,

Ya no más cartas a la amante,

Se acaban las historias,

Adiós hoy y siempre,

Muerte una vez más, matar al maldito,

Sin nervios, sin venas, sin llanto arrepentido,

Adiós a la caballería pintada de azul,

Escudos plateados de falso metal,

Ya no habrá héroes ni villanos,

Solo nubes recorriendo el mundo,

Saludando a los extranjeros con gris sombrero en mano. 

Lujuria entre sábanas, atrás del telón,

Bésame niño hermoso, abrázame ahora.

Se que me amas, no lo niegues,

Y aunque te vayas conmigo seguirás,

Pues en mis pulmones vives,

Y mis manos posees,

Ámame hoy y mañana,

Sígueme a todos lados,

Soy tuyo, haz de mi lo que quieras,

Pero no me dejes nunca,

Príncipe de mi locura,

Alter ego propio,

Me amo, me amas, nos amamos,

A ti niño en mi cabeza.