sábado, 8 de septiembre de 2012




¿FELICIDAD?


¿Será posible tenerlo todo en esta vida? ¿buen trabajo, relación estable, amigos, familia armoniosa, hacer lo que uno ama? ¿O tenemos que conformarnos con el “esto nos tocó”? Algunos dirán que la felicidad consiste en amar lo que uno hace, mientras que posturas encontradas afirman que se trata de hacer lo que uno ama ¿Será, acaso, una mezcla equilibrada de ambas? ¿En qué radica la felicidad verdadera? ¿O es sólo un concepto ambiguo que se adapta a las condiciones de cada quien? ¿Será que, inevitablemente, la búsqueda de la felicidad siempre requerirá de un sacrificio? ya sea el abandonar un trabajo con ingreso estable, o la comodidad de una rutina en pareja, sea cual sea el sacrificio, es indudable que deberá realizarse, arriesgándose a poder perderlo todo por ganar nada, o por ganarlo todo. Sin embargo, los sacrificios sólo deberán realizarse sobre aquello que nos estorba para llegar a nuestra meta.

 A veces me cuestiono mis propios límites para buscar la felicidad, y me preguntó qué tanto estaré dispuesto renunciar para alcanzarla. En palabras puede resultar algo sencillo, decretarlo es cosa de niños, pero llevarlo a la práctica requiere de una increíble madurez emocional para estar preparado ante los posibles panoramas desfavorables a los que nos presentaremos en el recorrido de semejante búsqueda. No todo pintará de mil colores, y el camino puede volverse, más bien, gris; sin embargo, el resultado deberá valer la pena: la felicidad. Ahora bien, ésta no llega de inmediato, como por arte de magia, tras haber renunciado a aquello que nos obstaculiza para alcanzarla. Puede ser un proceso largo y agotador, en el que, seguramente, nos encontramos con nuevos obstáculos y distractores. 

Hay una frase maravillosa que dice: “Cuando haces lo que realmente te apasiona en la vida, no hay manera de que te pueda ir mal”. Hasta cierto punto es muy verdadera, ya que al hacer lo que uno ama realmente, dejará de verse como un trabajo, y será un gozo. Por otro lado, hay quienes dedican su vida entera a tratar de hacer únicamente aquello que les apasiona: música, letras, pintura, escultura, finanzas, abogacía, medicina, y un largo etcétera, y no logran nunca alcanzar la felicidad, eso podría deberse a que tenemos errados los conceptos de felicidad. Muchos necesitan tener una cartera llena, creyendo que eso será sinónimo de felicidad, y aunque no podemos negar que facilita muchas cosas, tampoco lo es todo. 

Entonces ¿En qué radica la felicidad? Dedicarse a hacer lo que uno ama y además ser millonario con ello puede no concretarse para todos, aunque sí para algunos. Sin embargo ¿Hacer lo que uno ama no es suficiente para hacernos felices aún cuando la economía personal no sea la más próspera? ¿Se puede lograr la felicidad en todos los aspectos? En estos casos no puedo evitar pensar: Que mal que la felicidad no se venda embotellada, nos evitaría muchos conflictos emocionales.